domingo, 23 de febrero de 2014

SOPA DE PICADILLY Capítulo 4: Aquí paz y después... glorietas!

Decían y dicen en programas y portales de noticias con la boca llena que Inglaterra necesita ingenieros, enfermeros, personal de construcción, no se qué y no se cuantos... Te veías cualquier magacine mañanero anunciándote que en Londres se precisan tantos profesionales cualificados para tales plazas de no se cual historia... Y solo faltaba añadir un "¡viva la movilidad exterior y viva Fátima Báñez, hijos de puta!". Que toca marcharse señores, que aquí no pintáis un carajo y os estamos vendiendo una oportunidad de oro, después de haberos costeado una educación con los impuestos de todos, ahora tenéis la oportunidad de marcharos a cotizar para un país extranjero.
Y allá que se marchan esos cientos de titulados para responder a la llamada. Otros, como yo, que están por aquí para encontrar su lugar en el mundo, caminamos por la ciudad con la lección aprendida de casa. Hasta que me encuentro una estampa como la que podéis presenciar en la foto.  
No es una obra de arte conceptual, es una rotonda. Me tuve que detener en mi marcha para tomar una prueba para que me creáis. Está genial que los ingleses sean tan prácticos y tengan un sentido de la utilidad tan marcado. A mi me gusta. Es una de las pocas cosas que valoro de esta cultura... ¿pero esto no es demasiado? 
Médicos, enfermeros, ingenieros... ¡Lo que tiene que aportar España a estas nobles gentes son concejales de urbanismo! Cualquier edil de la ciudad que elijáis a dedo en el mapa de nuestro bien amado Estado estaría echando espumarrajos por la boca al ver semejante aberración. Me pongo en su mente y pensaría"¿Qué diablos es esto? ¿Por qué no hay una estatua ostentosa, un monumento al derroche y al despilfarro? ¿Por qué nadie ha organizado una ceremonia de inauguración por todo lo alto invitando a todo el consistorio local? Y lo que es más importante ¿POR QUÉ COJONES NO HAY NADIE LLEVÁNDOSE COMISIONES POR ELLO?" 
Susana Griso, si me estás leyendo, te ruego que la próxima vez que empieces a anunciar puestos de trabajo en el extranjero tan alegremente, tengas en cuenta la precariedad de estas gentes para según que cosas. En España te suspenden en ingeniería de caminos si contestas en el examen que la distancia más corta entre el punto A y el B es la línea recta. Ponga usted 7 rotondas bien hermosas, hombre!

jueves, 20 de febrero de 2014

SOPA DE PICADILLY Capítulo 3. "...y lo sabes"

Hace unos meses tomé una de las mejores decisiones de mi vida, que fue dejar de beber y hasta la fecha me ha ido de maravilla en muchos aspectos. Si bien es cierto que, por decisión propia lo dejé, también por decisión propia he decidido tomar alguna cerveza de vez en cuando. Estamos en Inglaterra y malo será que te dejes caer por un pub y no te eches una pinta, que menos, ¿no?

El caso. Que salimos este sábado por Zoo Bar, un avispero de españoles. Joder, fue entrar y sentirse como en casa: pelea de "machillos" pecho contra pecho y brazos abiertos hacia atrás, retándose con un "qué?, qué?, qué?" (pausa para secarse las lágrimas); tácticas vergonzosas para entrarle a las chicas... Ponen al gran Manolo Escobar en ese momento y no siento que me haya marchado.

Pues bien, viendo el buen ambiente, que nos lo estábamos pasando guay, sin malos rollos, hablando con la gente, cantando, bailando y en definitiva pasando una buena noche, decidimos que era hora de tomar algo, que la garganta picaba. Debo decir que no tengo ninguna queja respecto al servicio de camareros del local. Rápido, eficiente y conscientes de que el 70% de los presentes eran españoles, de los cuales el 50% hablaría el inglés regular tirando a chapurreo. Dos pintas de la cerveza más barata (y mala, en mi opinión) y 3 chupitos de Jager. Coño, que una noche es una noche, ostias!! (pensé). Vamos a echarnos un chupito y a brindar por nuestra nueva vida!! Suelto un billete de 20 libras. (No las llamo pounds porque no me sale de los cojones) y me viene el barman con el ticket. Ya está, solo el ticket. Le doy la vuelta y lo giro no vaya a ser que las monedas que esperaba de vuelta hubieran desaparecido... Casi 12 libras por 3 dedales de Jager!! Y me diréis "¿Qué te esperabas Javi?, la vida en Londres está carísima y el alcohol más" Pues gracias a tod@s de antemano, pero me cago en la leche, en el momento no puedes más que quedarte con toda la cara de amongolado.

Eso sí, todo tiene un lado positivo. La comanda era 20,20. Encima el camarero me perdonó 20 peniques. Olé su polla.

Nota a mí mismo. estabas de puta madre sin beber... Y LO SABES!

P.S Adjunto prueba del crimen con fecha y hora: 








SOPA DE PICADILLY Capítulo 2: En el infierno no hay instagram.

Los que me conocen saben que persigo a los modernos y todas sus corrientes sucedáneas como Torquemada perseguía herejes en tiempos de la Inquisición. Lo cotidiano ya es banal, pero si pretendes hacer de cada proceso rutinario de tu vida una "obra de arte," corres el riesgo de que pierdas tu encanto. A nadie debería importarle que te estás comiendo un plátano (enhorabuena, qué más quieres?). La bendita cultura del smartphone hace que demos importancia a aspectos de la vida que no la tienen.

Siento haberme enrrollado con un prólogo sin pies ni cabeza. Decía que esa gente amante de la autofoto y lo cool tiene sus propios lugares de peregrinación, y este fin de semana yo encontré lo que podría ser una especie de "Valhala" del postureo. Como no, se haya situado en Candem:

Un Starbucks con forma de barco a la orilla de un canal. Muy bien tirado muchachos, excelente propuesta. Ponedme la cruz ya pero ansío en lo más profundo de mi corazón que os pille una riada haciéndoos una autofoto en tan entrañable y bonito lugar. Afortunadamente. Yo no molo tanto como para ser visto por allí.

SOPA DE PICADILLY Capítulo 1: Sin vicio no puedo estar.

Pues resulta que va el tío caminando por Hackney, endemoniado porque las está pasando putas para abrirse una cuenta bancaria (joder, echo de menos España. A estas alturas ya me habrían colocado un Ipad y media cocina equipada). Pues me cruzo por la acera con una entrañable señora de unos cincuenta/sesenta y tantos en silla de ruedas. Un poco apurada, me pide ayuda y yo, sin dudarlo, un segundo se la presto. Le ayudo a tirar y ella me dice que vaya más deprisa. Pensando que la señora perdería el bus me afano todo lo que puedo entre los peatones para que llegue a tiempo. De repente me dice "It's here", señalando una de las decenas de miles de casas de apuestas que hay por Londres. Que la señora llegaba tarde para jugarse los cuartos, oiga!!! No supe si reírme, darle un abrazo o dejarla en mitad de la calle con el freno puesto, así que le abrí puerta y le dije "good luck" (vete a quemar la pensión como mejor te plazca colega!). Bendito Londres, bendito vicio y bendita condición humana.